jueves, 30 de octubre de 2014

Conocidas criminales se casan en cárcel de Brasil

La prensa brasileña se apasionó por el idilio de las dos célebres presas de 30 y 31 años, cuyos crímenes dejaron en estado de choque al país


La prensa brasileña se apasionó hoy por la boda de dos célebres presas de 30 y 31 años, cuyos crímenes dejaron en estado de choque al país.
Suzane Von Richthofen tenía apenas 18 años cuando fue condenada, en 2002, a 39 años de cárcel por haber planificado fríamente el asesinato de sus padres, un ingeniero alemán y una brasileña de origen libanés que ejercía de psiquiatra, en su lujosa mansión. 
Los padres se oponían a la relación de su hija con el joven Daniel Cravinhos, a quien conoció cuando practicaba brazilian jiu jitsu, porque este no quería estudiar ni trabajar.
Ella convenció al chico y a su hermano para que mataran a los padres, en su habitación, a golpes de barra de hierro. Los tres jóvenes desordenaron la casa para hacer creer que se había tratado de un robo, pero fueron encontrados culpables durante las investigaciones del crimen.  
Von Richtofen ha renunciado a la posibilidad de acceder a un régimen de libertad condicional para compartir su nueva vida de casada con Sandra Regina Gomes, en el "pabellón de las esposas" de la prisión de Tremembé de Sao Paulo, reservado a detenidas que se casan entre ellas.
Sandra Regina Gomes purga una pena de 27 años de cárcel por haber participado del secuestro de un menor, que acabó siendo asesinado de un tiro en la cabeza.
Las dos presas se conocieron en la fábrica de ropa de la prisión, donde Suzane, convertida a la Iglesia Evangélica, ocupa un puesto de jefe y recibe una pequeña remuneración.
Este amor puso fin a la relación de Sandra con otra presa y conocida asesina, Elize Matsunaga, de 32 años, que en junio de 2012 mató y descuartizó a su marido, el industrial Kitano Matsunaga.

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