(CNN) – Hace cuarenta años, uno de los mejores combates de boxeo se llevó a cabo en un escenario inusual: la capital de Filipinas. La épica victoria de Muhammad Ali sobre el gran rival Joe Frazier en 1975 llegó a ser conocida como el "Thrilla in Manila".
Cuatro décadas después, una multitud se reúne en el mismo lugar de esta calurosa ciudad en rápido crecimiento —conocido como el Coliseo de Araneta— para presenciar un evento muy distinto: un partido de baloncesto entre dos de los equipos profesionales del país.
Y aun así, el Coliseo no parece librarse de su legado de boxeo.
Resulta que el atleta más famoso que hoy se encuentra en la cancha es un boxeador.
Manny "the Pacman" Pacquiao es el entrenador, además de uno de los jugadores más bajos en la lista del equipo Kia Carnival, con solo 1,68 metros de altura. Pero el filipino es más conocido en el todo el mundo como uno de los mejores boxeadores de su generación, el primer púgil que gana cinturones de campeonato en ocho divisiones de peso distintas.
Pero a pesar de su distracción en la cancha, no ha terminado en el ring. Pacquiao está a un poco más de dos meses de la batalla más esperada de su carrera. El 2 de mayo, finalmente se enfrentará al campeón estadounidense de peso wélter Floyd Mayweather Jr. en Las Vegas.... esta es la pelea que la mayoría de aficionados al boxeo esperaban ver durante años.
Pero por hoy, está más preocupado por el hecho de que su equipo Kia Carnival pierde por varios puntos ante el Talk 'N Text Tropang Texters.
En el vestuario, Pacquiao, quien solo jugó durante unos minutos en el segundo cuarto, da un corto discurso para motivar a sus jugadores en el medio tiempo.
Él habla en su mayoría en tagalog, el principal idioma de los filipinos, adornando su discurso con expresiones en inglés como "offense" (ofensiva) y "man-to-man defense" (defensa de hombre a hombre). Aparentemente inspirado, el equipo regresa a la cancha poco tiempo después.
Sorprendentemente, Pacquiao dice que se pone más nervioso en la cancha de baloncesto que cuando recibe una lluvia de puñetazos en el ring. "¡Se me ponen frías las manos!", dice entre risas, mientras se frota ambas manos en el aire.
"Creo de corazón que mi segundo deporte es el baloncesto", dice después, explicando que es una parte importante de su entrenamiento en múltiples áreas en el boxeo.
Sin embargo, añade que ahora elige juega menos minutos en partidos de baloncesto profesional para evitar lesionarse antes del enfrentamiento con Mayweather.
Cinco años de gestación
"Puedo decir que esta será una de las peleas más importantes de mi carrera", dice Pacquiao en una entrevista exclusiva con CNN.
Hablamos con él en su casa en una acaudalada comunidad de acceso restringido en Manila. Lleva pantalones cortos, sandalias y una camiseta Nike roja con su foto estampada, con el eslogan "Espíritu. Alma. Cuerpo". Un reloj de oro con incrustaciones de diamantes brilla en su muñeca.
Varios cuadros gigantes en los que aparecen versos del Antiguo Testamento decoran las paredes.
La pelea contra Mayweather "ha tardado cinco años en realizarse", dice. "Y finalmente va a suceder. Creo que los aficionados se lo merecen".
Manny Pacquio nos contó cómo luchó para salir de la pobreza.
De hecho, si no fuera por un encuentro casual en otro partido de baloncesto, la pelea Mayweather y Pacquiao podría no haberse acordado nunca.
En enero del año pasado, resultó que los dos boxeadores asistieron al mismo partido de los Miami Heat en Florida. Pacquiao dice que el encuentro en Miami le dio a ambos bandos la "confianza para decidirse" por la pelea.
Con esta decisión, el boxeador de 36 años dice que cumple los deseos de sus dos hijos mayores, de los cinco que tiene. "Mi hijo y mi hija son los que realmente quieren que esta pelea se lleve a cabo".
"Hace tres años, me dijeron: 'Papi, quiero que pelees contra Mayweather. Quiero que pelees contra Mayweather'. Yo dije: '¿Por qué? No es mi culpa. Él no quiere pelear'. Y ahora finalmente se dio. Tienen muchas, muchas ganas de ver la pelea".
Por supuesto, el combate en Las Vegas será mucho más que el cumplimiento de los sueños de los aficionados y los hijos de Pacquiao. Hay mucho dinero en juego.
Se prevé que el combate del 2 de mayo bata los récords financieros en la historia del boxeo profesional. Se cree que Pacman ganará alrededor de 80 millones de dólares por la pelea, mientras que para Mayweather —quien permanece invicto— sus ganancias serían de un 20% más.
Ante la pregunta de cómo lo hace sentir la exorbitante cantidad que recibirá, Pacquiao responde: "Me siento bendecido y le debo mucho a los aficionados. Primero a Dios, pero también a los aficionados por su apoyo".
De la pobreza a la riqueza
El hijo más famoso de Filipinas ha recorrido un largo camino desde una niñez plagada de hambre y pobreza. Su historia de cómo pasó de la pobreza a la riqueza explica parte del enorme atractivo que genera en un país, en el que un cuarto de la población vive por debajo de la línea de pobreza, según el Banco Mundial.
"Él es una luz de esperanza", dice Recah Trinidad, un veterano columnista del Philippines Daily Inquirer.
"Todos creen que Manny debería ganar. Están felices porque se ven reflejados en Manny, porque Manny viene de lo más bajo", añade Trinidad.
Cuando era niño, Pacquiao a duras penas se ganaba la vida vendiendo donas en la calle, recuerda su amigo de infancia Buboy Fernández. Los dos eran vecinos en General Santos, una ciudad en la isla de Mindanao.
Fue ahí donde Pacquiao se inició en el boxeo. Cuando era adolescente, ganaba algo de dinero extra para alimentar a su familia participando en peleas clandestinas.
"Recuerdo que cuando empecé a boxear, ganaba dos dólares, solo dos dólares", comenta Pacquiao. Dice que dos de sus amigos murieron en estos combates clandestinos.
Ahora que es un multimillonario y una súper estrella, Pacquiao dice que él y su esposa tratan de enseñar a sus hijos a apreciar la vida que ahora disfrutan.
Para demostrarlo, dice que ha cambiado a sus hijos de una academia para estudiantes internacionales a una escuela donde no hay aire acondicionado. "Quiero que lo experimenten, para que puedan conocer a familias en necesidad", dice.
"Así, no maltratarán o tratarán a otras personas de manera diferente", añade, mientras hace el gesto de una bofetada.
Día de entrenamiento
Cuando Pacquiao se moviliza por el tráfico paralizado de Manila, lo hace en una camioneta Escalade blindada, con la placa "8" al frente. Dos policías motorizados escoltan su convoy.
Manny Pacquiao se dirige al ring en su gimnasio para una sesión de rounds cortos.
Su gimnasio, ubicado en el barrio obrero de Sampaloc, está decorado con enormes posters del campeón, así como con una estatua caricaturizada del boxeador con barba de candado que podría ser descrita como "Pacman Junior".
Se escucha el sonido y movimiento de las cámaras de más de una decena de equipos filipinos de televisión mientras Pacquiao se ejercita en el ring durante una hora con Fernández, el fornido entrenador que se estremece cuando ocasionalmente recibe golpes en su estómago.
Algunos de los boxeadores más jóvenes del barrio que se han reunido para observar el entrenamiento parecen haber adoptado cortes de pelo y barbas de candado parecidas a las del hombre cuyos golpes rápidos le ganaron el apodo de "Tormenta del Pacífico".
Pero Fernández dice que Pacquiao aún no ha comenzado su período de entrenamiento más intenso.
Comenzará en los próximos días, cuando el equipo de Pacquiao viaje a Los Ángeles para trabajar con Freddie Roach, el entrenador estadounidense que ayudó al filipino a lograr el estrellato en la última década
"Mi relación con Freddie Roach es increíble", comenta Pacquiao. "Desde que lo conocí, en 2001, hasta ahora, no cambié de entrenador porque nos entendemos el uno al otro. Nos comunicamos".
Pero Roach no podrá trabajar con Pacquiao hasta después de marzo porque ahora está en China entrenando a otro boxeador.
En cuanto a Pacquiao, debe disputar al menos otro partido profesional de baloncesto en Manila antes de viajar a Estados Unidos.
Distracciones
Desde su ascenso al estrellato, las actividades e intereses de Pacquiao se han multiplicado. Además del básquetbol y el buceo en las playas de Mindanao, ha incursionado en el canto, la actuación y la política.
Hace varios años, ganó las elecciones para ocupar un escaño en el Congreso nacional. Pacquiao se enorgullece de una legislación que ayudó a aprobar, cuyo objetivo es frenar el flagelo del tráfico humano en Filipinas.
Sin embargo, un periódico local también ha hecho énfasis en que Pacquiao tiene uno de los índices de asistencia más bajos en todo el cuerpo legislativo, e ironizó diciendo que el boxeador tiene más cinturones de campeonato que días de asistencia en el Congreso.
Pacquiao insiste en que en lugar de dedicarse a la creación de redes en la capital, se enfoca en ayudar a las personas pobres en su distrito electoral. "Si comparas mis logros con los de otros congresistas, creo que hice mucho", afirma.
Algunos críticos argumentan que el boxeo de Pacquiao se ha visto afectado por sus muchas otras distracciones. "Está tratando de hacer demasiadas cosas a la vez", dice Recah Trinidad, el columnista del periódico.
Trinidad hace mención del knock-out de Pacquiao a manos de Juan Manuel Márquez en 2012. "Espero que Manny pueda ganar el 2 de mayo, he estado rezando", dice Trinidad.
Pero el periodista teme que Pacquiao no sea capaz de romper la defensa de Mayweather, de la que tanto se habla.
"Tiene que adoptar un estilo de boxeo más maduro. No puede depender de lo que conocemos como un estilo explosivo, de kamikaze", le dice Trinidad a CNN.
¿Buen augurio?
De vuelta en la cancha en el Coliseo Araneta, el equipo Kia Carnival de Pacquiao sigue perdiendo por varios puntos. Pero logra recuperarse y toma la delantera.
El boxeador se mueve por las líneas de banda, observa con atención y felicita a sus jugadores cuando entran y salen de la cancha.
Cuando suena la bocina final, el equipo de Pacquiao, que llevaba las de perder, vence al equipo mejor clasificado. Una victoria que seguramente dará moral al púgil filipino cuando se encuentre a un rival más difícil en el ring.
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